jueves, diciembre 20, 2007

Siguiendo con Game Center CX

Pues ya he terminado casi dos juegos más del Game Center CX: Rally King y Star Prince.

Rally King es un juego de carreras de estilo rally visto desde arriba. Como siempre, tenemos que intentar llegar el primero. Hay un par de puntos curiosos, como la capacidad de recuperarse de un choque o un desliz virando en el sentido opuesto en que se gire nuestro coche.

Además, si vamos a ~220 kilómetros por hora y viramos el volante mientras dejamos de acelerar, el coche empezará a derrapar. Cuando lo haga, si mantenemos el mismo ángulo durante un segundo, se activará el Drift Boost y saldremos despedidos en esa dirección. Otro detalle simpático son los puntos especiales que aumentan nuestra puntuación al pasar por ellos, y los múltiples atajos que podemos tomar durante la carrera.

Para este juego, los retos fueron:
  1. Activar 2 veces el Drift Boost
  2. Completar la primera carrera
  3. Llegar entre los 5 primeros en la segunda carrera
  4. Llegar a los 15.000 puntos

Después de Rally King se activa Star Prince, un matamarcianos de toda la vida, en que nuestra nave tendrá que destruir olas de enemigos y edificios que vayan apareciendo. Podemos o bien disparar, o mantener pulsado para crear un escudo. Ciertos edificios contendrán cápsulas con las letras P (disparo doble más potente), S (spread, disparo hacia delante y los lados), B (back, disparo hacia delante y hacia atrás a los lados) y M (ni idea, pero de vez en cuando suelta como bombas muy útiles para destruir grupos muy compactos de enemigos).

Otra forma de usarlas es destruyéndolas con disparos, en cuyo momento explotarán y destruirán a todos las naves enemigas de la pantalla (pero no a los edificios). Además, el escudo se puede usar de forma ofensiva: si paramos tres disparos, se lanzará un ataque especial.

Toda fase tiene un jefe intermedio y un jefe final, que a mi parecer son muy fáciles: el jefe intermedio es simplemente ir a por el núcleo e ignorar todo lo demás, y el final es conseguir la cápsula P e ir directamente por el centro con una ráfaga rápida (tras el segundo desafío conseguimos un mando de rapid-fire, con lo que pulsando Y en vez de A o B mantiene una ráfaga continua).

Ah, y las vidas extras se ganan destruyendo un tomate oculto en uno de los niveles, o superando los 50.000 puntos (ésa es la primera vida, no me acuerdo del resto). También hay unas letras "P-R-I-N-C-E" ocultas por todos los niveles. Si las recogemos todas, obtendremos una bonificación a nuestra puntuación.

Para este juego los retos son:

  1. Destruir al jefe intermedio del área 1
  2. Conseguir una vida extra
  3. Destruir al jefe final del área 2
  4. Llegar a los 250.000 puntos

martes, diciembre 18, 2007

Game Center CX: primeras impresiones

Ahora mismo estoy jugando a esta pequeña joya: Game Center CX: Arino no Chousenjou (El Reto de Arino). Si tuviera que resumirla en pocas palabras, diría que es una colección de juegos retro combinados con un sistema de misiones. Dicho así no suena a gran cosa, la verdad. A título de curiosidad, decir que el juego viene de un programa de televisión japonés conocido como Game Center CX, en que Arino, un humorista de la zona de Osaka, se enfrenta a juegos clásicos muy difíciles. Aquí un vídeo de Arino enfrentándose a Ghosts 'n Goblins de la NES, y sólo llegando a vencer al jefe de la primera fase tras 5 horas de juego:



El hecho de que sea tan divertido es una combinación de la selección de juegos (muy buenos por lo pronto) y del hecho que las misiones den algo más de interés a esos juegos que de otra forma consistirían únicamente en sacar puntos y más puntos.

Básicamente, cuando entras en el juego, Arino se ha convertido en un Rey Demonio de tanto perder y cabrearse (Arino-maou, 有野魔王), y decide pasar el rato contigo convirtiéndote en un niño y llevándote a su casa de cuando era pequeño. Arino versión niño hará de nuestro anfitrión, comprándonos las revistas y juegos cada vez que Arino-maou nos plantee un reto.

Por lo pronto, el primer juego, Cosmic Gate (1984) es al estilo Space Invaders, pero mucho más pulido: aquí los monstruos no vienen directamente en bloque, sino que van llegando en tandas a lo shoot'em-up antes de colocarse como en Space Invaders, pudiendo moverse independientemenete si así lo desean. Además, si no disparamos por un tiempo al inicio de un nivel, uno de los enemigos parpadeará. Si destruimos a ese enemigo primero, aparecerá un vórtice al que deberemos disparar varias veces para teletransportarnos 3 niveles hacia delante.

Además, en algunos niveles de número primo (pero no todos: 2, 5 y 13, pero no el 3, por alguna razón) aparecerán supervórtices, que nos adelantarán ¡12! niveles hacia delante. Ah, también hay un modo más potente de la nave, y campos de asteroides.

Todo esto y más trucos e información vienen en las "revistas" que nos compra Arino-niño. No sé si son revistas auténticas, pero dan toda la información habida y por haber del juego. Un ejemplo: si pausamos el juego anterior y pulsamos arriba arriba b b a a, la nave se pondrá inmediatamente en su forma más potente.

Los retos fueron:

  1. Llegar al nivel 5
  2. Usar 2 veces los teletransportadores
  3. Destruir el asteroide gigante del campo de asteroides
  4. Llegar a los 200.000 puntos

Después aparece un juego de 1985 conocido como Karakuri Ninja Haguruman からくり忍者ハグルマン (el Ninja de Trampas Engranajeman, por así decirlo), donde como el nombre indica, manejamos a un robot ninja. Podemos tirar shurikens (que por cierto, se escriben 手裏剣, algo así como 'espada tras la mano') para aturdir a los enemigos, saltar sobre los enemigos para aturdirlos y/o destruirlos y por último, y lo más interesante, podemos usar las puertas ninja (de aquí la parte de Trampas) para destruirlos.El mecanismo es el siguiente: toda puerta tiene un color y un número. Si nos metemos en una puerta, todas las puertas del mismo color girarán, destruyendo a cualquier enemigo que estuviera delante de ellas. Además, toda puerta tiene una letra, y si las ponemos en el orden de la canción イロハ (ver aquí), todas las puertas se pondrán del mismo color. Tengo que leerme la canción, por cierto. No lo he probado a hacer aún.

Los retos fueron:

  1. Mata a dos bichos seguidos usando un solo salto (bota en uno y luego pisa al otro)
  2. Llega hasta la planta 3 sin usar shuriken
  3. Llega hasta la planta 4 sin perder una sola vida
  4. Llega hasta la planta 8 y comprueba cómo sigue la historia

Ahora mismo he llegado a Rally King (ラーリーキング), que como el nombre indica será un juego de carreras, pero aún no lo he probado. De lo poco que he leído en la revista (cada juego trae dos números), tiene que ser del estilo del Super Off Road de la SNES.

Seirei no Moribito (精霊の守人)

Buf, ya hacía tiempo que no escribía nada en el blog. A ver si esta vez cojo algo más de costumbre :-D.

Hemos empezado a ver Seirei no Moribito, una serie que debe de ser bastante reciente, y que ha subido como la espuma en los ranking de AniDB (está en el top 10, junto con Monster o Full Metal Alchemist). Viéndola, la verdad es que es un gustazo la calidad del dibujo y la animación. La historia también está muy bien: en algunos sentidos me recuerda a la de Angel Heart, en tanto que combina los aspectos humanos con la acción.

Como breve resumen del comienzo de la historia, trata de la historia de Balsa, una lancera que hace de guardaespaldas, que ha jurado no volver a matar y salvar tantas vidas como ha quitado, y de Chagum, el príncipe de la corte real que le ha sido encomendado por su madre. Este príncipe resulta tener en su interior el huevo de un supuesto demonio, el Nyunga Cha Ro (si no recuerdo mal), que traerá la sequía al país. Según parece, el propio fundador mató al anterior Nyunga Cha Ro, pero vuelve a aparecer cada 100 años.

Después aparecen más personajes, como el médico amigo de la infancia de Balsa (no me acuerdo de su nombre =X), la chamán Torogai, el maestro divinador Shuga, los cazadores del Imperio y el hermano de Chagum, Sagum. Lo gracioso del tema es que no hay un "malo" en la serie: todos creen que están haciendo el bien.

Pongo aquí el opening, con música de L'Arc~en~Ciel, que tampoco se desmerece: