miércoles, julio 04, 2007

Me congratula mi DS.

Tras los exámenes, ya sólo me queda finiquitar las preparaciones para el CERN con la contratación (o no) de un seguro médico. Qué estrés el mío. El del CERN sale un ojo de la cara (¡200 euros al _mes_!), y los de las empresas españolas son puramente de viaje. Turístico. De ocio. Para pasárselo bien. Nada de currar. Gah. Suerte que encontré Golden Care, creo que voy a contratarlos, a menos que los de mi otro seguro me digan que sí, que trabajo de oficina vale como "actividad intelectual".

Lo tengo todo. Creo. La verdad es que estoy nerviosísimo con el tema, pero bueno. Seguramente todo irá bien y yo me diré: "Antonio, cómo te amargas por todo". En fin.

Bueno, con eso lo del CERN listo. De lo que de verdad quería escribir era de los últimos juegos y anime que hemos estado viendo. Mushishi será muy japonés, todo muy bonito y tal, pero es muy deprimente. Además, no se llega a saber nada del protagonista: no tiene NADA de transfondo. Si hasta las Sailor Moon tenían más historia por detrás, hombre. Y tampoco es que haya una historia de por sí: un hombre con un mamotreto de caja a cuestas va al estilo Ash Ketchum hallándose Poke... estoo, Mushi, y resolviendo (cuando puede) el entuerto. Blah.

Después vimos Kanon, la versión de 2006. Al principio, tanta chica/niña kawaii con oh que simpáticas muletillas molestaba, pero luego se les coge cariño. Recomiendo verla con un paquete de Kleenex al lado, por cierto: la serie es emotiva como pocas, sin llegar a ser empalagosa. Resumón: un chaval se enfrenta a su borroso pasado encontrándose con una peña de chicas monas (¡y un tío, UNO!). Así cualquiera, digo yo.

Ahora vamos por Kodomo no Omocha. El dibujo me recuerda muchísimo al de Marmalade Boy, pero supongo que es de la época que es: mediados de los 90. Al principio no me convencía, pero ahora mismo me encanta. Es un culebrón, básicamente, pero no se queda quieto en ningún punto en particular. Lo bueno es que tiene muchos personajes bastante bien desarrollados que combinan muy bien entre sí.

¿Y qué más? Ah, mi DS. Me encanta el trasto. Se pueden hacer cosas fantásticas con él. Por ejemplo, el reciente Zelda no Densetsu: Mugen no Sunadokei (The Legend of Zelda: Phantom Hourglass). Es increíble. Creo que es el mejor RPG que he jugado en un buen, buen tiempo. Usa absolutamente todas las características de la DS al máximo. ¡Hasta me quedé atascado un buen rato antes de descubrir en un puzzle que lo que había que hacer era cerrar la consola!

El manejo es muy cómodo, y creo que no me apetece ya el manejo antiguo con mando en absoluto. De hecho, apuntar y dirigir las cosas es más exacto ahora con el stylus que nunca. El recorrido del boomerang o de los bombchu se traza con él, el martillo golpea en el sitio al que apuntes, la espada se usa deslizándolo rápidamente, y así un sinfín de cosas. También hay que soplar a veces. Ah, y la navegación en barco es una pasada. Hay detalles muy simpáticos, como unas medusas que aparecen a veces para hacerte los trayectos más cortos. Puedes ir dándoles con el cañón e ir ganando rupias hasta que caigan al agua. Tras un tiempo, se multiplican.

Otras cosas que también puedes hacer con el barco es pescar, cazar tesoros hundidos, luchar contra piratas o sencillamente explorar (hay un par de islas secretas, ¡como una con forma de DS lite!).

Y por último, el sistema del Phantom Hourglass también se lleva la palma. En el Templo del Señor de los Mares (海王の神殿), los Veramu (si mal no recuerdo) han maldito el lugar, quitándole la vida a todo el que entre. Puedes usar la arena del Phantom Hourglass (que se puede obtener de los jefes y en ciertos sitios) para contrarrestar el efecto, durante un tiempo. Además, hay ciertas zonas "bendecidas" en las que puedes estar todo el tiempo que quieras, y en donde los Phantom, indestructibles hasta el final del juego, no te pueden ver. Así, has de ir escaqueándote por los corredores mientras intentas que no te vean los Phantom y los Phantom Eye (muy parecidos a cámaras de seguridad), resolviendo una serie de puzzles.

Muy, muy recomendable, aunque como todo Zelda, requiere su buena dosis de paciencia. Especialmente recomendado para estudiantes de japonés, como yo: si pones el stylus sobre un kanji, te saldrá encima su furigana. Ojalá todos los juegos tuvieran esto.

Por último, esta semana me he hecho el Phoenix Wright de la DS. También genial, en mi opinión: los personajes tienen mucho encanto, la historia te engancha muchísimo, y rebosa de humor por los cuatro costados. La música no es que sea lo mejor, pero acompaña muy bien, la verdad. El último caso (el quinto) es especialmente largo, y fue diseñado específicamente para la DS, a diferencia de los otros. Así, tienes que buscar restos de sangre con un spray de luminol, encontrar huellas, y otras cosas como rotar un objeto 3D al ángulo correcto o localizar contradicciones en un vídeo. Sólo le pongo una pega, y es que a veces las "paredes invisibles" se hacen demasiado evidentes: sólo puedes ir a *un* sitio a hacer *una* cosa. De todas formas, es comprensible, ya que de lo contrario, me imagino que el juego se haría demasiado difícil.

¿Hmm.. ahora cuál me hago? Qué dilema.

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