lunes, abril 07, 2008

Hero

Realmente es cierto que me estoy aficionando mucho al dorama y con mucho más entusiasmo del que jamás hubiera imaginado. De hecho, me he terminado otra serie después de Hero, y ya voy a por la siguiente (de Kimura Takuya también, me he quedado impactada, principalmente por sus dotes dramáticas, quede constancia, je, je). Allá voy con la recomendación del día.

En una fiscalía de Tokio están esperando a su nueva incorporación, procedente del que juzgan un rústico pueblo. Los tres fiscales, sus correspondientes ayudantes y el jefe de todos poco esperan que su nuevo fichaje sea tan fuera de lo común como lo es Kuryu Kohei, al que en un principio confunden con un técnico de televisores. Un joven tremendamente casual y adicto a las tiendas de trastos inútiles de la televisión, el nuevo fiscal tiene un currículum curiosísimo. No tiene estudios universitarios y ni siquiera acabó el instituto, aunque aprobó sin problemas los exámenes de fiscal. La ayudante de la única fiscal mujer de la oficina, Amamiya Maiko, tendrá que doblar sus funciones como ayudante de Kuryuu también, aunque, siendo una mujer ambiciosa y de ideas rígidas, encuentra difícil creer en la habilidad del recién llegado.

Sin embargo la opinión de la oficina entera sobre Kuryuu cambia gradualmente y se convirte en admiración cuando sus integrantes reparan en su gran espiritu inquisitivo y su cruzada implacable tras la justicia, a pesar de sus métodos poco ortodoxos (que muy a menudo tienen como resultado que sus compañeros tendrán que cargar con parte de su trabajo burócratico mientras el informal fiscal sale de la oficina siguiendo pistas en principio poco significativas) y su absoluto desprecio de las formalidades políticas de su puesto si éstas interfieren con su sentido de lo justo y de su objetivo principal, proteger al inocente, sea éste víctima o acusado.

Los casos son realmente variopintos, e incluyen temas de mayor y menor impacto (aunque son siempre interesantes), de robo a fraude matrimonial, acoso laboral y hasta asesinato. Siempre son los detalles insignificantes los que llaman la atención del genial fiscal y le ponen en la pista del verdadero culpable. Muy importante en la resolución de estos casos es la que se convierte en devota ayudante y, no mucho después, su pintoresco equipo de compañeros, un reparto de secundarios verdaderamente excelente cuya evolución a lo largo de los 11 episodios es reconfortante, muy divertida, y no tan predecible como puedan sugerir estas líneas.

Para cualquiera que haya jugado a alguno de los Phoenix Wright (yo me estoy terminando el cuarto), la serie tendrá también el atractivo añadido de poder observar el sistema legal japonés desde el otro lado del caso, el del fiscal. Kuryuu es el opuesto perfecto de Miles Edgeworth, y ello también resulta reconfortante, aunque no digo que no tendrían gracia los trajes con camisa de chorreras, no... *imagen mental de Kimura en equipito de Miles Edgeworth* ¡Igual me quedo con el "look" casual!

Para la próxima entrega, reseñaré Beautiful Life, pero antes tendré que recuperarme del impacto emocional que me ha causado, y comprar otra caja de kleenex por si recordándola me sigue dando la llantina incontrolable. Lo advierto para que os vayáis aprovisionando, la serie bien merece el inversión emocional (y en celulosa).

Avisados/as quedáis. Buenas noches y hasta pronto.

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