jueves, mayo 01, 2008

Beautiful Life


Como de costumbre, me ha llevado semanas y semanas escribir sobre el último tema mencionado. Desde entonces llevo ya media filmografía (y casi sin exagerar) vista de Kimura Takuya, y aún no he reseñado el drama que será, muy seguramente, uno de mis grandes favoritos por mucho tiempo.

Bien sabéis los que me conocéis que no soy muy aficionada a la ficción de corte romántico, no es que me resulte especialmente insoportable, pero si es cierto que a menudo me aburre, y otras tantas veces no puedo aparcar mi sentido crítico el suficiente tiempo como para disfrutar de la historia o empatizar con alguno de los personajes. Sin embargo me encantan las historias humanas agridulces, aquellas que muestran las pequeñas y grandes dificultades de la vida, y aún así se recrean en la maravilla que es la existencia humana. Quizás hay mucha más belleza en los momentos más triviales de la vida cotidiana de la que creemos que existe, o de la que logramos percibir cuando nos enfrascamos en nuestra rutina sin apenas observar el paisaje a nuestro alrededor. Ésa es la historia de Beautiful Life, que es también, en gran medida, una obra de ficción de corte romántico. De hecho, es un ejemplo magnífico de cómo creo yo que debieran de ser estas historias.

El argumento, contado a grandes rasgos, es de lo más simple. Ambicioso y estilosísimo peluquero de altos vuelos conoce a perseverante y carismática bibliotecaria que parece haber renunciado a toda experiencia o emoción ajena a su pequeño círculo familiar tras perder años atrás la movilidad de sus piernas a causa de una extraña enfermedad que podría también, en algún momento, causarle la muerte. A pesar de todas las dificultades que el entorno propone y de sus propias resistencias internas (especialmente en el caso de ella, Kyoko), se establece entre ellos una hermosa relación que desemboca en un romance bastante convincente . Como toda buena historia, a su alrededor se concentran un número de personajes cuya evolución es imprescindible en el desarrollo de la historia: el rudo pero amable hermano mayor de ella, su mejor amiga, la ex-novia de él implicada en una relación que la subyuga, el aún más estiloso peluquero rival, el fiel amigo con complejo de inferioridad, etc.

Lo que realmente hace entrañable esta serie es como las relaciones entre los distintos personajes se desarrollan a lo largo un entramado de pequeñas anécdotas cotidianas que toman significado cuando, vistas de lejos, aparecen como un todo, como una sola imagen de lo que nos hace humanos. Algunas escenas son realmente especiales, como cuando ella necesita ir al baño justo cuando está regresando a casa, o el papel de los preciosos zapatos rojos a lo largo de la serie, la entrega de las llaves del piso de él, la excursión para ver el Monte Fuji, la tosca resistencia del hermano mayor a la relación de su querida hermana, o los numerosos ejemplos de como intentan adaptarse a las barreras impuestas por un mundo inconsciente no pensado para el acceso de las sillas de ruedas (multitud de locales a los que no se puede acceder, taxis que no se detienen para evitarse complicaciones, etc.).

Una advertencia, preparad pañuelos porque ésta es una serie de las que te hacen lloran casi sin darte cuenta y sin poder evitarlo. También te hace sonreír al mismo tiempo, así que no cunda el pánico que no estoy recomendando una serie para acabar con el ánimo, para eso ya os contaré en algún momento de Sora Kara Furu Ichioku no Hoshi ("A Million Stars Fall from the Sky") y de Karei naru Ichizoku, ambas series magníficas que terminan tragicamente (y mucho).

Ahora mismo estoy terminando de ver Pride, que tiene (para mí) como único atractivo a Kimura, a quien vería aunque hiciera algo incluso aún menos complejo que el papel protagonista de esta serie que es, esencialmente, una celebración de la masculinidad más tradicional de vocerío, trifulca y posterior taciturnidad. Pero me parece un desperdicio de habilidades de alguien que parece poder interpretar cualquier papel, de la profundidad y naturaleza que sea, de manera absolutamente convincente. Las expresiones faciales de las últimas escenas de Karei naru Ichizoku me parecieron absolutamente impactantes, y son un buen ejemplo de lo que puede hacer Kimura cuando tiene un buen papel. No digo que un argumento ligero, simplemente entretenido (como es el de Long Vacation), no sea más que bueno de vez en cuando, pero si no va a suponer que digamos un reto intelectual, bien pudiera intentar no pasarse en la tácita aprobación de valores retrógrados que son presentados como razonables, reales y necesarios. No convence ni aún con el tremendo impacto visual de Kimura Takuya, no (je je je, como seguramente me lo pregunteis en algún momento, lo respondo yo ya).

Y vamos a por la siguiente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario