domingo, agosto 20, 2006

Wakatta zo :P


Que es justo lo que dice Conan capítulo tras capítulo cuando descubre quién es el asesino y qué rebuscadísimo truco usó para cometer el crimen y casi escapar indemne. Curiosamente, y aunque sé que decía yo de hace tiempo que no vería Conan porque creía que adolecía de esas explicaciones perfectamente sacadas de la nada tan características de ciertas series de investigadores (léase la perversión de Poirot y Marple que se hizo en anime hace unos años), lo cierto es que estoy impresionada. El potencial de entretenimiento de la serie es muy alto, y, dicho sea, teniendo en cuenta que no pretende ser ficción detectivesca a prueba de lectores resabidillos, los casos están bastante bien planteados. Sí, a veces el autor se saca algo muy curioso de la manga, y el espectador se lo tiene que creer, pero creo que esto es parte imprescindible de toda historia de detectives desde el mismo Auguste Dupin.

Con respecto a la caracterización de los personajes, tampoco tengo queja alguna sino más bien lo contrario. Siempre he mantenido que lo que creo vital en cómo se presenta el personaje es que el espectador llegue a sentir verdadero interés por lo que le vaya sucediendo. Conan, Ran y su padre acaban encandilando, cada uno a su manera. Ayuda, por supuesto, la gran elección de dobladores - entre ellos el versátil doblador de Ranma/Inuyasha (y otros tantos personajes importantes), , Yamaguchi Kappei, el entrañable Ogata Kenichi, conocido como Myouga-jiji o Genma Saotome, y, para mi sorpresa, el doblador del vanidoso millonario adolescente Shutaro Mendo, Kamiya Akira, en el papel del padre de Ran, el detective Mori Kogoro.

Pues con eso y un bizcocho, hasta mañana a las ocho ^^

El final brusco se debe a que creí haber enviado esto antes de ir al cine con Carmen, Lauri y mi sobri a ver "Piratas del Caribe 2", pero al final no (ahora me acuerdo de que quería incluir alguna imágen). Iba un poco con miedo, porque las críticas eran durillas, y tampoco soy muy fan de la serie (Carmen sí, le pirran los piratas, ji ji ji), pero me complace comunicarles que me he divertido bastante, y las reminiscencias a ese Monkey Island (ah nostalgiaaa) me encantaron. En resumen, para un rato entretenido y sin mucho quebradero de cabeza, está bastante bien.

Orlando Bloom, sin oxigenar, sin trenzas y sin orejas puntiagudas, ya no es lo mismo. Y el bigotillo, reconozcamoslo, es un poco quiero y no puedo.

Bueno, a dormir me voy. A ver si comento sobre el libro de Pratchett que estoy leyendo ahora, y hago unas capturillas de un juego que me trae viciadita perdida (y creo que se lo he contagiado a Lauri, ja ja ja). Hmm.
Muacs muacs. Oyasuminasai (espero haberlo escrito bien).

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