Para terminar la estupenda velada, y combinar registros culturales, pedimos arroz de la casa y pato y procedimos a ver el nuevo live del nuevo grupo de Haido, Vamps. Empezamos con malas expectativas (ay qué comercial anda, ay qué está haciendo con su carrera, ay pero por qué tiene que hacer de poseído con esa voz extraordinaria que le ha dado Dios, ay por qué le ha dado por hacer "Love Addict" a quién compusiera el estupendo Roentgen, "Anemone" y otras maravillas), pero nos ha convencido de nuevo (y dejado de piedra - en un sentido positivo - en más de una ocasión).
Si es que hay que seguirle el rastro porque le gusta tanto experimentar, y tiene tanto talento, que no sabes cuando va a dar una vuelta de tuerca más y ¿te lo vas a perder? Me encantó ver ir y venir todas esas fugaces "personas" (y sus correspondientes voces, vaya versatilidad) que ha ido creando para sí a lo largo del tiempo: el poseso (ésa me fascina menos), la etérea doncella de sus principios (el que se fije verá que no exagero), el andrógino muchacho reflexivo y sensible (la voz Roentgen, y la de algunas de las más contenidas de L'arc), el pseudo chico duro comercial que disfruta rompiendo guitarras y provocando al público, y otras tantas identidades en medio. Está por ejemplo la princesa maldita, una versión un poco drag que está sacando últimamente de la doncella de los primeros tiempos, identidad sobre la que tengo sentimientos encontrados.
Para bien o para mal, pero más para lo primero que para lo segundo, es puro espectáculo. Adjunto un "Jesus Christ" verdaderamente de impresión, aún con los ladridos (entiéndase que es el sentimiento, que le embarga y supera), sobre todo en los "My voice is reaching the sky/I'd do anything to save this life/Take me instead!". Estoy deseando de que se le pase la fase "heavilonga", sobre todo porque ahora sé que tiene sentido y va añadirle un nuevo matiz a su repertorio.
No os perdáis tampoco su versión, tan original, de "Lucy in the Sky with Diamonds".
En breve, nos quejemos lo que nos quejemos, hyde ha vuelto. Ahora sí, estamos seguras de que si vinieran a Europa, pediríamos días en el trabajo todo lo lastimeramente posible. La ocasión lo merece.
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