Esta mañana decidí, después de hacer la limpieza, salir al Plaza Norte a comprar un teclado. El otouto me regaló por Navidad un soporte para el portátil, así lo tengo en alto, enchufo un teclado y así lo veo mejor y escribo más cómodamente. Me faltaba el teclado.
Pues allí que nos pusimos en marcha. Esperando el autobús se me acabó la batería del móvil, y me quedé sin música (y los que me conocéis ya sabéis que me cuesta moverme fuera de casa sin banda sonora, ja ja). Recurrí a la DS, tenía unos mp3s de Nightmare, así que estaba a salvo (estoy escuchando cosas de ellos desde que volví a escuchar el opening de "Death Note" recientemente, me están sorprendiendo - positivamente - bastante). Después de un rato largo apareció el bus. No sé cómo, cuando ya había pagado el billete y me dirigía a mi asiento, se me cayó un zapato. Qué vergüenza - era un momento muy poco Cenicienta, por no decir que el zapato era uno de estos anatómicos comodísimos que se compran las abuelas. Recogí el zapato riéndome de mi misma para disimular y de vuelta al asiento.
En fin, llegamos al centro comercial. Compré el teclado, almorcé e hice la compra en el Carrefour. Cansadísima, porque estaba el sitio hasta la bandera (una cola de 10 minutos en el baño de señoras, que ni fuera Eurodisney), hice la espera correspondiente para el bus de vuelta. Esta vez no me dejé un zapato, pero sí me salté una parada, así que más caminata aún.
Al llegar a casa y ducharme, y pensar, "Estupendo, enchufo el teclado y escribo un poquito en el blog con mi tacita de té verde cereza japonesa", procedí a desempaquetar el teclado, para encontrarme que había comprado uno para PS/2. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Los PS/2 no habían pasado a la historia? ¿Por qué no se me pasó por la cabeza que podría no ser USB? Lo del zapato había sido claramente un mal presagio. Debería haberme vuelto a casa de inmediato XD. Ahora ya no podré devolverlo hasta el sábado que viene, y ya veremos.
Y mañana de vuelta al curro. Oficialmente la vuelta era ayer, pero el sábado parece menos incorporación que un lunes...
Pues allí que nos pusimos en marcha. Esperando el autobús se me acabó la batería del móvil, y me quedé sin música (y los que me conocéis ya sabéis que me cuesta moverme fuera de casa sin banda sonora, ja ja). Recurrí a la DS, tenía unos mp3s de Nightmare, así que estaba a salvo (estoy escuchando cosas de ellos desde que volví a escuchar el opening de "Death Note" recientemente, me están sorprendiendo - positivamente - bastante). Después de un rato largo apareció el bus. No sé cómo, cuando ya había pagado el billete y me dirigía a mi asiento, se me cayó un zapato. Qué vergüenza - era un momento muy poco Cenicienta, por no decir que el zapato era uno de estos anatómicos comodísimos que se compran las abuelas. Recogí el zapato riéndome de mi misma para disimular y de vuelta al asiento.
En fin, llegamos al centro comercial. Compré el teclado, almorcé e hice la compra en el Carrefour. Cansadísima, porque estaba el sitio hasta la bandera (una cola de 10 minutos en el baño de señoras, que ni fuera Eurodisney), hice la espera correspondiente para el bus de vuelta. Esta vez no me dejé un zapato, pero sí me salté una parada, así que más caminata aún.
Al llegar a casa y ducharme, y pensar, "Estupendo, enchufo el teclado y escribo un poquito en el blog con mi tacita de té verde cereza japonesa", procedí a desempaquetar el teclado, para encontrarme que había comprado uno para PS/2. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Los PS/2 no habían pasado a la historia? ¿Por qué no se me pasó por la cabeza que podría no ser USB? Lo del zapato había sido claramente un mal presagio. Debería haberme vuelto a casa de inmediato XD. Ahora ya no podré devolverlo hasta el sábado que viene, y ya veremos.
Y mañana de vuelta al curro. Oficialmente la vuelta era ayer, pero el sábado parece menos incorporación que un lunes...
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